El artículo 14.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que, en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país. Los 28 Estados de la Unión Europea son signatarios de esta Declaración, de la Convención de Ginebra y el Protocolo de Nueva York, que son la base del reconocimiento del derecho de asilo en el mundo, el derecho de las personas perseguidas por motivos políticos, de pertenencia a tal o cual grupo humano, de orientación sexual, o por causa de la guerra, a que otro país diferente al suyo les acoja y la obligación del mismo a protegerles.

Las personas que vienen a Europa en busca de refugio han de ser tratadas como seres humanos que merecen nuestra compasión y solidaridad. No son merecedoras de sospechas, ni muros y alambradas, ni de represión policial para impedir su acceso. En la primera Marcha contra el Racismo reclamamos el derecho de asilo. 19 años después tenemos que volver a hacerlo.

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